miércoles, 19 de diciembre de 2007

Carceles

Había una cárcel abandonada a las afueras de Londres, donde dos amigos de quince años decidieron excavar, porque habían oído de muchas personas, de que allí se encontraban grandes sorpresas.

Estos adolescentes se llaman Break Alison y Yason Osborn
Después de excavar durante varios meses y colocar puntales, Yason se percató de que su pala, al haber golpeado la pared de tierra con dureza, se sintió un sonido a quiebres de madera.

Resulta que había clavado su herramienta en una puerta semi podrida.
Luego de arduos intentos de querer derribar la puerta, ésta cedió.
No tuvieron que seguir excavando, ya que detrás de ella había pasillos estrechos, pero bien marcados y aparentaban tener una estructura sólida.

Al seguir su paso por los senderos, más adelante encontraron otra puerta, pero ésta era de metal, barrotes, y en uno de los extremos tenía grabado "cárcel de Savil"
Al leer éso se marcharon, ya que pese a sus intentos de querer derribar la puerta, estaba estaba bien fija al suelo, y además, el sol ya caía, y se venía la noche.

Cuando volvieron el día siguiente, la imponente puerta metálica se encontraba abierta, y daba paso a celdas abandonadas y muy descuidadas.
Luego de atravesar la puerta pudieron ver los cadáveres de los prisioneros, y también podían oler su nauseabundo olor.

De repente la puerta se cerró bruscamente.
No encontraron explicación, ya que no vieron a nadie realizar tal acción.
Murieron de hambre pena y dolor en la sepultada carcel.
Se dice que aún, sus almas solitarias y deshidratadas vagan por aquellos túneles que hicieron y construlleron, buscando a la persona que causo su fin.

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