jueves, 15 de noviembre de 2007

El duende del Árbol

Un día, en Inglaterra, la familia Biswal, compró un castillo, situado, a siete millas de Softel.

Pese a las advertencias de O`neel, actual propietario de la mansión Firefox, la familia Argentina compró la imponente casa.

La gente le decía que estaba loco, ya que la mayoría de las personas que se han ausentado en la casa han muerto por causas desconocidas y misteriosas, y sobre todo, nunca hallaron sus cuerpos.

Cuando entraron a la casa, quedaron maravillados.

El vestíbulo era impresionante por su inmensidad.

Había una biblioteca, una cocina, comedor, once habitaciones, con un pequeño baño, dos patios, el principal, era el más utilizado, allí plantaban flores y los niños jugaban, el otro era el patio trasero, no muy transitado.

Todos estaban encantados.

La señora Elizabeth Biswal, era una dama de ojos azules, cabellera rubia, era esbelta y encantadora como una cervatilla

Su esposo James Biswal, tenía una estatura mediana, tenía ojos color café, era firme como soldado.

Después, sus dos “QUERIDOS” hijos, Rexon y Grey eran traviesos, inquietos, alborotados, desobedientes, Rexon, tenía un redondo y definido lunar, en el lado izquierdo de la frente, tenía cabello rubio como su madre, mientras que Grey tenía un lunar pero en la papada, y era de cabello oscuro como su padre.

Luego de cenar, la familia se fue a dormir, pero no lo hicieron cómodamente, ya que oían ruidos, como si fuera golpes de vidrios, provenientes del patio trasero de la mansión, o como el señor O`neel decía: “Bosque Muerto” y/o “Valle perdición” porque ahí había muerto la mayoría de los integrantes de su familia.

Durante varios días, a la misma hora, oyeron los mismos ruidos.

El señor James, creyendo la anterior advertencia de él antiguo propietario de la casa, ordenó a toda su familia, especialmente a los hijos, no ir a ese patio ni de día, ni de noche.

Siempre Rexon y Grey desobedeciendo lo que les dice su padre, una noche de tormenta y de niebla, a la medianoche, emprendieron su camino al extraño lugar.

Estaban aterrorizados, pese a que cada uno llevaba un cuchillo en la mano.

Luego, pensaron que no era una buena idea que fueran para allá.

Tanto habían caminado, que no divisaban el castillo, porque la niebla lo cubría.

En medio del miedo y el pánico, dos sombras, aparecieron de entre los altos arbustos.

Rexon y Grey inclinaron su al cuchillo y mataron al supuesto asesino de la mansión Firefox.

Al despejar un poco la niebla, vieron que no habían linchado a un fantasma ni un espectro, ni si quiera a un zombi ni un esqueleto.

Habían matado a un ciego y a un borracho.

Luego, Rexon, se sintió terrible, y con un verso le dijo a Grey

  • En sus ojos nunca pude encontrar maldad.
  • Pero a veces para no morir hay que matar
  • Todo fue esa noche.
  • En que un ciego y un borracho los quiso asustar,
  • Pero un golpe sin suerte,
  • Dejó a su cuchillo clavado en su mal.
  • A sí fue el Duende del Árbol
  • Tuvimos que asesinar matar y cortar

Esteban Alejandro Saavedra

Inspirado por la banda callejeros y Oscar Wilde

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