Esta historia pasó, en la ciudad de Córdoba.
Un día dos millonarios, un español, llamado, Pablo Suárez y un inglés, llamado Ascot Yay.
Resulta que habían tenido una disputa, por como se llamaría y se organizaría su empresa de celulares.
El español, quería hacer celulares sencillos, para que mucha gente los pueda adquirir.
Además quería que su empresa se llamara Suárez y asociados.
Por otro lado, las ingles, queria celulares muy caros, con camara de fotos, mp3 y radio, pero queria que su empresa se llamara Gran Jay.
No se sabe si era en honor a Gran Bretaña, o era un nombre por su propio orgullo.
Luego de una larga disputa, el español recibió un golpe en la cara de su “socio”.
Tan arto estaba el español, que empezó a planear su venganza.
A la próxima semana lo invitó a su mansión al norte de la ciudad cordobesa.
Cuando entró en su morada, le rompió un plato con la cabeza dejándolo inconsciente, y Luego lo mató ahorcándolo con una toalla.
El ibérico pensó que había cometido el crimen perfecto.
Pero luego empezó a sentir culpa e inquietud. Desesperado, lo enterró en su jardín, y se dijo a sí mismo:
Nadie me vio, y nadie se enterará de que lo maté.
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